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Informe sobre Sectas
Versión 2.0
 

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Policía y Sectas: la guerra secreta

Más Allá - Abril 1999
Manuel Carballal

Actualizada el 21-Aug-2006

 

Durante 1998, las fuerzas de seguridad españolas llevaron a cabo cinco grandes operaciones contra sectas en nuestro país. El pasado mes de noviembre, el ministro del Interior Jaime Mayor Oreja desveló las primeras informaciones. Ahora, MÁS ALLÁ ofrece toda la documentación inédita sobre ellas, ofreciendo una síntesis de la lucha policial contra este tipo de grupos fruto de largos años de investigación y de contados al más alto nivel. Llega el año 2000: el peligro y poder de las sectas se incrementa.

La fortuna de René Henry Spatz, alias Buda, alcanzaba los cinco mil millones de pesetas y los tentáculos de su secta belga se habían extendido hasta España; Santiago C. A. tenía sometidos a 24 adultos y 7 niños, convencidos de ser los elegidos para sobrevivir al fin del mundo; un estigmatizado de La Coruña adoctrinaba a menores de edad para hacer uso de armas de fuego en caso de que un diluvio universal arrasara el planeta; la Orden del Templo Solar (OTS) mantuvo reuniones en nuestro país, sospechándose de un nuevo intento de suicidio colectivo y la secta de Heide Fittkau, que también lo intentó -como veremos- en enero del pasado año en Tenerife, provocó que agentes de la Policía Nacional especializados en la lucha contra las sectas se desplazaran hasta Alemania para proseguir con sus investigaciones.

Todos estos grupos fueron objeto de operaciones policiales en España. En los cinco casos, la Brigada de Sectas del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) actuó de forma diligente y discreta. Los datos expuestos el pasado 11 de noviembre por Jaime Mayor Oreja ante la Comisión de Interior y Justicia del Congreso sólo ofrecían meras aproximaciones a las complejas operaciones que desataron la desarticulación de dichos grupos. Sin embargo, MÁS ALLÁ ha tenido acceso a toda la información sobre ellas. Pero vayamos por partes y reconstruyamos la compleja historia de la lucha policial contra las sectas en nuestro país.

Una larga historia

Teosofía, hitlerismo esotérico, cultos a extraterrestres, satanismo y otros temas habituales del mundo del misterio fueron los principales argumentos de aquellas jornadas que marcaron un punto de inflexión en la investigación policial contra las sectas en nuestro país. Tuvieron lugar en febrero del pasado año en la sede de la Xunta de Galicia en Santiago de Compostela, al amparo de la Academia Gallega de Seguridad.

Se reunieron 300 agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y CESID (Centro Superior de Investigaciones para la Defensa). Era el primer curso masivo de formación e información sobre la problemática sectárea que se organizaba en nuestro país, y por la mesa de conferenciantes pasaron algunos destacados agentes de policía e investigadores, así como periodistas especializados en el asunto como Pepe Rodríguez o Gabriel Carrión.

La cita respondía a la creciente preocupación de las autoridades políticas y policiales, que a medida que se aproxima el fin del siglo intuyen que un siniestro augurio milenarista orbita sobre las principales sectas radicales. Sin embargo, la lucha policial contra estos grupos se remonta a mucho tiempo atrás.

Se cumple casi medio siglo desde que la controvertida Brigada Sociopolítica redactara su primer informe sobre los entonces llamados "grupos subversivos". MÁS ALLÁ tuvo la oportunidad de entrevistar, poco antes de su fallecimiento en enero de 1998, a quien fuera su último comisario-jefe, José Ramón Piñeiro, que desempeñó su cargo durante los últimos años del franquismo y los primeros de la Transición. "La proliferación de este tipo de grupos empezó en los años sesenta, cuando redactamos el primer informe sobre una secta propiamente dicha, los Testigos de Jehová", nos aseguró en la única entrevista que concedió en su vida el comisario Piñeiro.

"Además de los Testigos de Jehová -continuó Piñeiro, que estaba a punto de confirmarnos lo que casi parecía un mito- nos ocupó mucho tiempo la Masonería. En El Pardo estaban muy preocupados por los masones, y el mismísimo Franco tenía mucho interés en que los
investigásemos".

Nuestro informante fue uno de los dos pilares con nombre propio sobre los que se asentó la investigación policial contra las sectas en nuestro país. El otro fue Antonio Viqueira Hinojosa, comisario de la Brigada de Investigación Criminal, un teórico del criminalismo que gracias a sus trabajos publicados en revistas oficiales de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado desarrolló, ya en los tiempos de la Brigada Sociopolítica, las pautas de la denominada criminalidad esotérica, concepto que también afectaba a algunas sectas. La mayor parte de los agentes que investigan las actuaciones delictivas de algunos grupos religiosos en nuestro país se formaron bajo las pautas marcadas por Piñeiro e Hinojosa. Lo hicieron casi siempre en el seno de la Brigada Sociopolítica, ahora reconvertida en la Brigada de información interior. A pesar de todo, hasta 1989 no se organizó la lucha contra las sectas en nuestro país.

El máximo responsable de que así fuera es el inspector-jefe Isidoro Sánchez. Ese año elaboró un voluminoso informe de uso interno titulado Las sectas en España. En el escrito expuso un extenso listado de todos los grupos localizados e investigados por las autoridades, datos sobre sus líderes, número de adeptos, localización geográfica y demás informaciones de interés. Aquel escrito complementó los informes de la comisión parlamentaria para el estudio de las sectas, que en aquel entonces operaba en el Congreso bajo la coordinación de la diputada del CDS por La Rioja, Pilar Salarrullana. La comisión, que se diluyó sin resultados visibles, concluyó que existían en nuestro país 150.000 adeptos a sectas.

El informe de Isidoro Sánchez se convirtió en el libro de cabecera de los funcionarios policiales que investigaban las sectas en España. Muchos de ellos consolidaron un grupo especializado, compuesto por decenas de inspectores de todo el país que recibieron información y formación sobre estos grupos. Entre todos aquellos agentes destacó uno, Santiago Delgado, responsable de una de las últimas operaciones contra sectas en nuestro país.

El inspector-jefe Delgado fue uno de los 40 agentes que a mediados de los noventa asistieron en Madrid a un cursillo de información y formación sobre el problema sectario.

Sin embargo, pocos -probablemente ninguno de aquellos agentes- realizaron tantos informes y notas como Santiago Delgado, uno de los más familiarizados con los conceptos esotéricos empleados por los adoctrinadores sectarios. Durante la insólita cita de Santiago de Compostela disertó acerca de un asunto tan delicado y resbaladizo como el hitlerismo esotérico, la línea ideológica de muchas sectas modernas. Es más, el propio inspector-jefe Delgado aportó pruebas en sus informes sobre la conexión entre organizaciones de extrema derecha e ideología nazi como CEDADE con movimientos y grupos esotéricos que proclaman a Hitler como un avatar. Desde cultos OVNI a sectas milenaristas, pasando por grupos satánicos o movimientos new age, el inspector-jefe Delgado ha redactado infinidad de informes técnicos. Sus investigaciones se han convertido en piezas fundamentales para las pertinentes operaciones policiales, coordinadas desde Madrid por Eliseo Ávila, cuya figura aparece ligada -así lo demuestran los informes a los que hemos tenido acceso- a todas las actuaciones policiales y judiciales, alguna de ellas en colaboración con la Interpol, que durante este último año se han efectuado contra las sectas.

Operaciones secretas y discretas

En el informe que el ministro del Interior Jaime Mayor Oreja presentó en el Congreso de los Diputados se recogían las últimas operaciones llevadas a cabo el pasado año por el Grupo de Sectas del CNP en España. Además, a requerimiento de la diputada socialista por Tenerife
Belarmina Martínez, el ministro aseguró que en España existían 200 sectas peligrosas que podrían reunir entre 100.000 y 150.000 adeptos. La mayor parte de los mismos estarían, siempre según el informe de Interior; «en Madrid, Barcelona y el litoral mediterráneo, siendo las dos Castillas y el Levante donde más se hacen notar las conceptuadas como satánicas». El ministro subrayó que tanto el CNP como la Guardia Civil investigan las posibles conductas delictivas de personas concretas, integrantes de este tipo de sectas, sin dejar de tener siempre muy presente el derecho constitucional a la libertad de creencias e ideología de la que gozan todos los ciudadanos.

Sin duda, la actuación policial llevada a cabo en nuestro país y que ha despertado mayor expectación nacional e internacional se produjo el 7 de enero de 1998, cuando la psicóloga alemana Heide Fittkau y sus seguidores fueron detenidos en Santa Cruz de Tenerife. Al parecer, la terapeuta había convencido a sus seguidores para que esa misma noche se quitaran la vida en el Teide y así poder evadirse del fin del mundo, transportando sus almas al interior de una nave extraterrestre. La ágil intervención policial evitó un suicidio colectivo como los protagonizados entre 1994 y 1997 por sectas como la Orden del Templo Solar y la Puerta al Cielo, que se saldaron con más de un centenar de víctimas en Suiza, Francia, Canadá y Estados Unidos. Pese a que en estas mismas páginas (MÁS ALLÁ, 108) hemos defendido que las pruebas para demostrar el intento de suicidio en Tenerife eran bien frágiles, las recientes investigaciones policiales parecen confirmar la inculpación de Heide Fittkau.

La operación fue coordinada por la Interpol, que había recibido información de la policía germana alertando de la posibilidad de un suicidio masivo en Tenerife de los miembros de una secta cuyo nombre se desconocía. Tras un análisis detallado de la información recibida,
la Brigada de Información Provincial de Tenerife, encabezada por el inspector-jefe Antonio Tur, identificó al grupo y a su líder. Acto seguido, las autoridades procedieron a la entrada y registro en locales de la secta, frustrando una posible tragedia.

Los suicidios colectivos de adeptos a sectas han sensibilizado en los últimos años a la opinión pública internacional. Tales precedentes han reclamado mayor atención policial sobre este evidente riesgo social que se incrementa con la llegada del fin de milenio. Por esa razón, varias de las operaciones pociales realizadas en España por el grupo antisectas han tenido por objeto la vigilancia de grupos de "alto riesgo" como la citada Orden del Templo Solar.

Fue precisamente la policía francesa quien requirió la colaboración de la española ante la sospecha de la existencia de ramificaciones de esta secta en España. Recordemos que uno de los cuerpos descubiertos en Granjes-sur-Salvan (Suiza), donde se produjo uno de los suicidios colectivos, fue identificado como el de un ciudadano español afincado en Las Palmas de Gran Canaria. Según el ministro del Interior, las investigaciones sobre la OTS no cesan: «el 19 de enero de este año 1998, las autoridades judiciales belgas expidieron una comisión rogatoria internacional para practicar gestiones en Torremolinos (Málaga) y en Santa Cruz de Tenerife, relativas a la Orden del Templo Solar». La sospecha de que la OTS esté implantada en España cobra crédito, con todo lo que ello implica. Otra de las recientes operaciones arrancó el 22 de mayo de 1997 cuando las autoridades belgas emitieron otra rogatoria contra un ciudadano de aquel país llamado René Henry Spatz, responsable de la organización Reino de la Luz Resplandeciente, acusado de blanqueo de dinero, extorsión y otros delitos. "La iniciativa permitió una operación conjunta entre cuatro países, Bélgica, Francia, Portugal y España, mediante la cual se consiguió en nuestro país localizar e intervenir propiedades", aseguró el ministro, que apenas ofreció más datos.

La operación se llevó a cabo en la más absoluta discreción y nada referente a ella ha trascendido a los medios de comunicación. Gracias a nuestros contactos averiguamos que el líder del grupo, René Henry Spatz, alias Ruda, era un técnico de monitores de televisión que tras un viaje al Tíbet -donde se familiarizó con el budismo y las creencias reencarnacionistas- se presentó como una nueva encarnación de la deidad. Pronto tuvo a su alrededor un nutrido grupo de seguidores, adquirió lujosas propiedades en los países citados e inauguró una cadena internacional de restaurantes vegetarianos regentados por personal portugués.

Los ex adeptos han revelado que los niños eran separados del seno familiar a los dos años de edad -para ser educados por monitores de la secta- y a los 12 comenzaban a trabajar en los restaurantes. Su emporio era tal que el supuesto Buda poseía lujosas mansiones, una de ellas en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en las cuales se efectuaron registros y detenciones de forma simultánea. En casos como el del Reino de la Luz Resplandeciente resulta evidente que algunos grupos sectarios van más allá del ejercicio a la libertad de culto, utilizando técnicas propias del crimen organizado: blanqueo de dinero, extorsión, evasión fiscal, etc. Otro de estos grupos fue localizado el pasado año en Zaragoza por el Grupo de Sectas en colaboración con la Brigada de información del CNP.

La nueva operación concluyó con la detención y desmantelamiento de la secta Los Elegidos. Este grupo orbitaba en tomo a un santón de origen sudamericano, Santiago C. A., de 55 años, que tenía abierta una consulta de "Terapia psicosomática" en la capital del Ebro. El gurú se consideraba una divinidad que debía contar con 144 "elegidos". La mayor parte de sus seguidores eran mujeres que le rendían pleitesía sexual y a quienes había convencido de sus fascinantes poderes psíquicos. La operación policial destapó la sumisión brutal de 24
adultos y 7 niños.

En ambos casos, las operaciones policiales apenas trascendieron a los medios de comunicación, lo que demuestra que con frecuencia el trabajo del Grupo de Sectas es silencioso y discreto. Algo más de repercusión obtuvo la operación efectuada en La Coruña contra Nonsiamosoli, un grupo de presuntos contactados con extraterrestres liderado por el estigmatizado italiano Giorgio Bongiovanni. Fue el inspector jefe Santiago Delgado quien facilitó a Dionisio Ávila y al resto de autoridades policiales competentes, una grabación magnetofónica en la que varios menores pertenecientes a la sede -"Arca" la llaman- de La Coruña, recientemente escindida del grupo matriz asentado en Italia, alertaban sobre inquietantes extremismos ideológicos en este grupo. La situación fue tan grave, informó Mayor Oreja, que sobre ellos recaía la sospecha de posesión de armas.

Tras las gestiones judiciales, las investigaciones del fiscal y los testimonios de varios ex adeptos, el juez autorizó el registro del "Arca", sita en el monte A Zapateira, en cuyos subterráneos se encontraron más de 200 litros de agua almacenados para un fin del
mundo que no acaba de llegar...

Mientras muchas sectas aguardan su particular Armagedón, la lucha de las autoridades no cesa, aunque a veces son este tipo de grupos quienes -amparándose en la ley- toman la iniciativa. En el proceso que se sigue en la Audiencia Nacional contra altos mandos del CESID por escuchas ilegales, una de las partes acusadoras es la secta Dianética. Todos los secretos de este poderoso grupo se encuentran en 20 horas de grabación custodiadas en los archivos de La Casa. Curiosamente el agente del CESID que llevó a cabo esas escuchas, pieza fundamental en este proceso, acaba de fallecer en un accidente de coche pocas semanas antes de iniciarse el juicio. Pero esa es ya otra historia...

Las últimas sectas investigadas

Sus nombres o implicaciones en España eran casi desconocidos para el gran público, pero centraron durante 1998 el interés de las autoridades policiales. Poco se sabía sobre ellos hasta que el ministro Jaime Mayor Oreja compareció ante los parlamentarios para informar sobre el asunto el pasado mes de noviembre. Pese a los pocos datos ofrecidos por el titular de la cartera de Interior, MÁS ALLÁ ha logrado averiguar mucho más sobre estos desconocidos y peligrosos grupos:

Reino de la Luz Resplandeciente

La secta fundada por René Henry Spatz le había proporcionado 5.000 millones de pesetas. El autoproclamado Buda poseía lujosas y fastuosas mansiones por media Europa, siempre preparadas y atendidas para recibirlo en olor de santidad en cualquier momento. Una de esas mansiones fue registrada por la Policía Nacional en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), tras la rogativa internacional cursada en mayo de 1998. Gracias a los documentos gráficos exclusivos que hemos obtenido, la fastuosidad de sus dependencias y habitaciones, en especial el dormitorio de René Henry Spatz, que se observa en la imagen que se encuentra junto a estas líneas, reflejan la fortuna amasada por este individuo.

Los Elegidos

Intrusismo, coacciones, estafas, lesiones, agresiones psíquicas y sexuales... Las imputaciones que recaen sobre Santiago C. A., líder de la secta Los Elegidos, son infinitas. Durante la operación que acabó con la desarticulación del grupo, se "ficharon" a 24 adultos y 7 niños. Santiago se consideraba una divinidad capaz de obrar prodigios y que –como tantos otros- convenció a sus seguidores de un fin del mundo al que sólo sobrevivirían 144 elegidos. Para él, los hombres no eran más que espermatozoos y las mujeres de la secta instrumentos a las que obligaba a someterse a sus requerimientos, bien participando de forma directa u observando relaciones lésbicas entre ellas. En su doctrina se entremezclaban argumentos sociológicos y religiosos con otros asuntos como la cartomancia y la videncia. Santiago C. A., que había obtenido cierto prestigio gracias a sus trabajos históricos en la revista oficial de la Fundación Fernando el Católico, se encuentra en libertad condicional en espera de juicio.

Orden del Templo Solar

Según informaciones a las que hemos tenido acceso, efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, alertados por la Interpol y la policía francesa de la posibilidad de una nueva reunión de adeptos de la Orden del Templo Solar, pusieron en marcha un férreo dispositivo para controla los movimientos de este grupo –considerado uno de los colectivos sectarios más peligrosos del mundo- en España. Cada día crece más la creencia de que tiene importantes ramificaciones en España, en especial en Torremolinos y Tenerife.

Nonsiamosoli

"Nos decían que teníamos que estar preparados para el fin del mundo y que podía ser necesario utilizar armas", aseguró uno de los menores de edad pertenecientes a Nonsiamosoli en La Coruña. Su testimonio provocó una investigación detallada del grupo, procediéndose al registro de su sede en el monte A Zapateira. Allí, sus líderes construyeron un refugio preparado para la llegada de un supuesto gran diluvio universal. Según las informaciones policiales a las que hemos tenido acceso, el grupo liderado por Mercedes Cortés y el presunto estigmatizado José Rodríguez captó menores a los que adoctrinaron bajo su filosofía apocalíptica. Actualmente, el caso está a la espera de una resolución judicial mientras sus actividades prosiguen. Otro grupo dependiente de Nonsiamosoli ya fue procesado en Cataluña tras una intervención de los Mossos d'Esquadra, la policía autonómica catalana, por no escolarizar a los menores que se encontraban en el seno de la supuesta secta.

Heide Fittkau

Las investigaciones sobre el grupo de Heide Fittkau prosiguen, fundamentalmente en la ciudad alemana de Hamburgo, donde se encuentran la mayoría de sus seguidores y hasta donde se han desplazado varios funcionarios policiales de la Brigada Provincial de Tenerife y del grupo antisectas para las investigaciones. Según informaciones de nuestro colaborador José Gregorio González, tras el éxito de la comisión rogatoria de la policía española en Alemania, ha sido posible obtener declaraciones de inculpación de la mayor parte de los ex adeptos de Heide Fittkau.

"Los políticos nos pusieron muchas dificultades"
Entrevista a Isidoro Sánchez

Discreto, audaz y poco amigo de los medios de comunicación. Trabajó durante doce años en la Brigada de Estupefacientes, uno en la Audiencia Nacional y nueve en la Brigada de Información, los tres últimos dedicado exclusivamente a las sectas. Fue entonces cuando redactó su voluminoso informe Las sectas en España. Cree en la actuación policial contra las sectas, pero considera insuficientes los instrumentos que la Administración emplea para erradicar el problema.

En la actualidad, Isidoro Sánchez está dedicado a otros menesteres, pero a raíz de la comparecencia de Jaime Mayor Oreja en la Comisión de Interior y Justicia decidimos mantener una nueva conversación con él:

- Han pasado diez años de su informe, ¿cómo fue su gestación?

- Trabajábamos en un grupo que controla el tema de la extrema derecha y las sectas. Cuando nos enteramos de las gestiones parlamentarias de Pilar Salarrullana nos reunimos con ella y de ahí surgió la posibilidad de crear una comisión oficial y el subsiguiente informe.

- ¿Qué ocurrió con la comisión?

- Unos estaban a favor y otros en contra. Algunos, incluso de forma grosera, nos llamaron alarmistas. En mi informe expuse, a este respecto, que también nos dijeron lo mismo en los años setenta cuando alertamos sobre el problema de las drogas y ya se ve adónde ha
derivado todo.

- ¿Tendría que ocurrir una tragedia para que se tratase el tema más en serio?

- Por desgracia, sí. Nosotros venimos alertando sobre ese peligro desde hace tiempo y no se toma en consideración.

- ¿Cuántas sectas investigaron?

- Antes de dejar el asunto, teníamos 110 debidamente clasificadas, pero resultaba muy difícil seguirlas. Algunas desaparecía, surgían otras, cambiaban de nombre, de ubicación...

- Está muy familiarizado con el mundo de la parapsicología, la videncia, las sectas, etc. ¿No cree que policías sin formación podrían correr peligro en este sector?

- Por supuesto. En la investigación policial hay campos como los homicidios, el tráfico de arte, delitos bancarios; en definitiva, asuntos que requieren una especialización y éste es uno de los que más lo necesitan y no la hay. Cuando estudias en la academia no te preparan como policía para enfrentarte a las sectas y lo peor es que no hay modo de hacerlo.

- ¿Cree que el ciudadano conoce la existencia de la Brigada contra las sectas? Quizá ni los mismos agentes estén al tanto de su existencia.

- Desde luego. Muchos agentes no saben qué hacer ni adónde dirigirse cuando se enfrentan a una denuncia de estas características. No hay suficiente información sobre este tema.

- ¿Es cierto que algunos agentes infiltrados en sectas han acabado quitándose la vida?

- Claro, es una constante lucha contracorriente. Cuando elaboramos el informe Las sectas en España tuvimos que soportar que uno de estos grupos nos denunciase. Era el colmo, primero porque se trataba de una publicación de régimen interno y confidencial y, por ese motivo, no tenían por qué haber accedido al escrito. Y segundo, porque aun a sabiendas de que se trata de un grupo peligrosísimo, puede "campar a sus anchas" amparándose en el vacío legal existente.

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