Durante
1998, las fuerzas de seguridad españolas llevaron a cabo cinco
grandes operaciones contra sectas en nuestro país. El pasado mes
de noviembre, el ministro del Interior Jaime Mayor Oreja desveló
las primeras informaciones. Ahora, MÁS ALLÁ ofrece toda
la documentación inédita sobre ellas, ofreciendo una síntesis
de la lucha policial contra este tipo de grupos fruto de largos años
de investigación y de contados al más alto nivel. Llega
el año 2000: el peligro y poder de las sectas se incrementa.
La fortuna de René
Henry Spatz, alias Buda, alcanzaba los cinco mil millones de pesetas y
los tentáculos de su secta belga se habían extendido hasta
España; Santiago C. A. tenía sometidos a 24 adultos y 7
niños, convencidos de ser los elegidos para sobrevivir al fin del
mundo; un estigmatizado de La Coruña adoctrinaba a menores de edad
para hacer uso de armas de fuego en caso de que un diluvio universal arrasara
el planeta; la Orden del Templo Solar (OTS) mantuvo reuniones en nuestro
país, sospechándose de un nuevo intento de suicidio colectivo
y la secta de Heide Fittkau, que también lo intentó -como
veremos- en enero del pasado año en Tenerife, provocó que
agentes de la Policía Nacional especializados en la lucha contra
las sectas se desplazaran hasta Alemania para proseguir con sus investigaciones.
Todos estos grupos
fueron objeto de operaciones policiales en España. En los cinco
casos, la Brigada de Sectas del Cuerpo Nacional de Policía (CNP)
actuó de forma diligente y discreta. Los datos expuestos el pasado
11 de noviembre por Jaime Mayor Oreja ante la Comisión de Interior
y Justicia del Congreso sólo ofrecían meras aproximaciones
a las complejas operaciones que desataron la desarticulación de
dichos grupos. Sin embargo, MÁS ALLÁ ha tenido acceso a
toda la información sobre ellas. Pero vayamos por partes y reconstruyamos
la compleja historia de la lucha policial contra las sectas en nuestro
país.
Una larga
historia
Teosofía,
hitlerismo esotérico, cultos a extraterrestres, satanismo y otros
temas habituales del mundo del misterio fueron los principales argumentos
de aquellas jornadas que marcaron un punto de inflexión en la
investigación policial contra las sectas en nuestro país.
Tuvieron lugar en febrero del pasado año en la sede de la Xunta
de Galicia en Santiago de Compostela, al amparo de la Academia Gallega
de Seguridad.
Se reunieron 300
agentes de la Policía Nacional, Guardia Civil y CESID (Centro
Superior de Investigaciones para la Defensa). Era el primer curso masivo
de formación e información sobre la problemática
sectárea que se organizaba en nuestro país, y por la mesa
de conferenciantes pasaron algunos destacados agentes de policía
e investigadores, así como periodistas especializados en el asunto
como Pepe Rodríguez o Gabriel Carrión.
La cita respondía
a la creciente preocupación de las autoridades políticas
y policiales, que a medida que se aproxima el fin del siglo intuyen
que un siniestro augurio milenarista orbita sobre las principales sectas
radicales. Sin embargo, la lucha policial contra estos grupos se remonta
a mucho tiempo atrás.
Se cumple casi medio
siglo desde que la controvertida Brigada Sociopolítica redactara
su primer informe sobre los entonces llamados "grupos subversivos".
MÁS ALLÁ tuvo la oportunidad de entrevistar, poco antes
de su fallecimiento en enero de 1998, a quien fuera su último
comisario-jefe, José Ramón Piñeiro, que desempeñó
su cargo durante los últimos años del franquismo y los
primeros de la Transición. "La proliferación de este
tipo de grupos empezó en los años sesenta, cuando redactamos
el primer informe sobre una secta propiamente dicha, los Testigos de
Jehová", nos aseguró en la única entrevista
que concedió en su vida el comisario Piñeiro.
"Además
de los Testigos de Jehová -continuó Piñeiro, que
estaba a punto de confirmarnos lo que casi parecía un mito- nos
ocupó mucho tiempo la Masonería. En El Pardo estaban muy
preocupados por los masones, y el mismísimo Franco tenía
mucho interés en que los
investigásemos".
Nuestro informante
fue uno de los dos pilares con nombre propio sobre los que se asentó
la investigación policial contra las sectas en nuestro país.
El otro fue Antonio Viqueira Hinojosa, comisario de la Brigada de Investigación
Criminal, un teórico del criminalismo que gracias a sus trabajos
publicados en revistas oficiales de los cuerpos y fuerzas de seguridad
del Estado desarrolló, ya en los tiempos de la Brigada Sociopolítica,
las pautas de la denominada criminalidad esotérica, concepto
que también afectaba a algunas sectas. La mayor parte de los
agentes que investigan las actuaciones delictivas de algunos grupos
religiosos en nuestro país se formaron bajo las pautas marcadas
por Piñeiro e Hinojosa. Lo hicieron casi siempre en el seno de
la Brigada Sociopolítica, ahora reconvertida en la Brigada de
información interior. A pesar de todo, hasta 1989 no se organizó
la lucha contra las sectas en nuestro país.
El máximo
responsable de que así fuera es el inspector-jefe Isidoro Sánchez.
Ese año elaboró un voluminoso informe de uso interno titulado
Las sectas en España. En el escrito expuso un extenso listado
de todos los grupos localizados e investigados por las autoridades,
datos sobre sus líderes, número de adeptos, localización
geográfica y demás informaciones de interés. Aquel
escrito complementó los informes de la comisión parlamentaria
para el estudio de las sectas, que en aquel entonces operaba en el Congreso
bajo la coordinación de la diputada del CDS por La Rioja, Pilar
Salarrullana. La comisión, que se diluyó sin resultados
visibles, concluyó que existían en nuestro país
150.000 adeptos a sectas.
El informe de Isidoro
Sánchez se convirtió en el libro de cabecera de los funcionarios
policiales que investigaban las sectas en España. Muchos de ellos
consolidaron un grupo especializado, compuesto por decenas de inspectores
de todo el país que recibieron información y formación
sobre estos grupos. Entre todos aquellos agentes destacó uno,
Santiago Delgado, responsable de una de las últimas operaciones
contra sectas en nuestro país.
El inspector-jefe
Delgado fue uno de los 40 agentes que a mediados de los noventa asistieron
en Madrid a un cursillo de información y formación sobre
el problema sectario.
Sin embargo, pocos
-probablemente ninguno de aquellos agentes- realizaron tantos informes
y notas como Santiago Delgado, uno de los más familiarizados
con los conceptos esotéricos empleados por los adoctrinadores
sectarios. Durante la insólita cita de Santiago de Compostela
disertó acerca de un asunto tan delicado y resbaladizo como el
hitlerismo esotérico, la línea ideológica de muchas
sectas modernas. Es más, el propio inspector-jefe Delgado aportó
pruebas en sus informes sobre la conexión entre organizaciones
de extrema derecha e ideología nazi como CEDADE con movimientos
y grupos esotéricos que proclaman a Hitler como un avatar. Desde
cultos OVNI a sectas milenaristas, pasando por grupos satánicos
o movimientos new age, el inspector-jefe Delgado ha redactado infinidad
de informes técnicos. Sus investigaciones se han convertido en
piezas fundamentales para las pertinentes operaciones policiales, coordinadas
desde Madrid por Eliseo Ávila, cuya figura aparece ligada -así
lo demuestran los informes a los que hemos tenido acceso- a todas las
actuaciones policiales y judiciales, alguna de ellas en colaboración
con la Interpol, que durante este último año se han efectuado
contra las sectas.
Operaciones
secretas y discretas
En el informe que
el ministro del Interior Jaime Mayor Oreja presentó en el Congreso
de los Diputados se recogían las últimas operaciones llevadas
a cabo el pasado año por el Grupo de Sectas del CNP en España.
Además, a requerimiento de la diputada socialista por Tenerife
Belarmina Martínez, el ministro aseguró que en España
existían 200 sectas peligrosas que podrían reunir entre
100.000 y 150.000 adeptos. La mayor parte de los mismos estarían,
siempre según el informe de Interior; «en Madrid, Barcelona
y el litoral mediterráneo, siendo las dos Castillas y el Levante
donde más se hacen notar las conceptuadas como satánicas».
El ministro subrayó que tanto el CNP como la Guardia Civil investigan
las posibles conductas delictivas de personas concretas, integrantes
de este tipo de sectas, sin dejar de tener siempre muy presente el derecho
constitucional a la libertad de creencias e ideología de la que
gozan todos los ciudadanos.
Sin duda, la actuación
policial llevada a cabo en nuestro país y que ha despertado mayor
expectación nacional e internacional se produjo el 7 de enero
de 1998, cuando la psicóloga alemana Heide Fittkau y sus seguidores
fueron detenidos en Santa Cruz de Tenerife. Al parecer, la terapeuta
había convencido a sus seguidores para que esa misma noche se
quitaran la vida en el Teide y así poder evadirse del fin del
mundo, transportando sus almas al interior de una nave extraterrestre.
La ágil intervención policial evitó un suicidio
colectivo como los protagonizados entre 1994 y 1997 por sectas como
la Orden del Templo Solar y la Puerta al Cielo, que se saldaron con
más de un centenar de víctimas en Suiza, Francia, Canadá
y Estados Unidos. Pese a que en estas mismas páginas (MÁS
ALLÁ, 108) hemos defendido que las pruebas para demostrar el
intento de suicidio en Tenerife eran bien frágiles, las recientes
investigaciones policiales parecen confirmar la inculpación de
Heide Fittkau.
La operación
fue coordinada por la Interpol, que había recibido información
de la policía germana alertando de la posibilidad de un suicidio
masivo en Tenerife de los miembros de una secta cuyo nombre se desconocía.
Tras un análisis detallado de la información recibida,
la Brigada de Información Provincial de Tenerife, encabezada
por el inspector-jefe Antonio Tur, identificó al grupo y a su
líder. Acto seguido, las autoridades procedieron a la entrada
y registro en locales de la secta, frustrando una posible tragedia.
Los suicidios colectivos
de adeptos a sectas han sensibilizado en los últimos años
a la opinión pública internacional. Tales precedentes
han reclamado mayor atención policial sobre este evidente riesgo
social que se incrementa con la llegada del fin de milenio. Por esa
razón, varias de las operaciones pociales realizadas en España
por el grupo antisectas han tenido por objeto la vigilancia de grupos
de "alto riesgo" como la citada Orden del Templo Solar.
Fue precisamente
la policía francesa quien requirió la colaboración
de la española ante la sospecha de la existencia de ramificaciones
de esta secta en España. Recordemos que uno de los cuerpos descubiertos
en Granjes-sur-Salvan (Suiza), donde se produjo uno de los suicidios
colectivos, fue identificado como el de un ciudadano español
afincado en Las Palmas de Gran Canaria. Según el ministro del
Interior, las investigaciones sobre la OTS no cesan: «el 19 de
enero de este año 1998, las autoridades judiciales belgas expidieron
una comisión rogatoria internacional para practicar gestiones
en Torremolinos (Málaga) y en Santa Cruz de Tenerife, relativas
a la Orden del Templo Solar». La sospecha de que la OTS esté
implantada en España cobra crédito, con todo lo que ello
implica. Otra de las recientes operaciones arrancó el 22 de mayo
de 1997 cuando las autoridades belgas emitieron otra rogatoria contra
un ciudadano de aquel país llamado René Henry Spatz, responsable
de la organización Reino de la Luz Resplandeciente, acusado de
blanqueo de dinero, extorsión y otros delitos. "La iniciativa
permitió una operación conjunta entre cuatro países,
Bélgica, Francia, Portugal y España, mediante la cual
se consiguió en nuestro país localizar e intervenir propiedades",
aseguró el ministro, que apenas ofreció más datos.
La operación
se llevó a cabo en la más absoluta discreción y
nada referente a ella ha trascendido a los medios de comunicación.
Gracias a nuestros contactos averiguamos que el líder del grupo,
René Henry Spatz, alias Ruda, era un técnico de monitores
de televisión que tras un viaje al Tíbet -donde se familiarizó
con el budismo y las creencias reencarnacionistas- se presentó
como una nueva encarnación de la deidad. Pronto tuvo a su alrededor
un nutrido grupo de seguidores, adquirió lujosas propiedades
en los países citados e inauguró una cadena internacional
de restaurantes vegetarianos regentados por personal portugués.
Los ex adeptos han
revelado que los niños eran separados del seno familiar a los
dos años de edad -para ser educados por monitores de la secta-
y a los 12 comenzaban a trabajar en los restaurantes. Su emporio era
tal que el supuesto Buda poseía lujosas mansiones, una de ellas
en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en las cuales se efectuaron
registros y detenciones de forma simultánea. En casos como el
del Reino de la Luz Resplandeciente resulta evidente que algunos grupos
sectarios van más allá del ejercicio a la libertad de
culto, utilizando técnicas propias del crimen organizado: blanqueo
de dinero, extorsión, evasión fiscal, etc. Otro de estos
grupos fue localizado el pasado año en Zaragoza por el Grupo
de Sectas en colaboración con la Brigada de información
del CNP.
La nueva operación
concluyó con la detención y desmantelamiento de la secta
Los Elegidos. Este grupo orbitaba en tomo a un santón de origen
sudamericano, Santiago C. A., de 55 años, que tenía abierta
una consulta de "Terapia psicosomática" en la capital
del Ebro. El gurú se consideraba una divinidad que debía
contar con 144 "elegidos". La mayor parte de sus seguidores
eran mujeres que le rendían pleitesía sexual y a quienes
había convencido de sus fascinantes poderes psíquicos.
La operación policial destapó la sumisión brutal
de 24
adultos y 7 niños.
En ambos casos,
las operaciones policiales apenas trascendieron a los medios de comunicación,
lo que demuestra que con frecuencia el trabajo del Grupo de Sectas es
silencioso y discreto. Algo más de repercusión obtuvo
la operación efectuada en La Coruña contra Nonsiamosoli,
un grupo de presuntos contactados con extraterrestres liderado por el
estigmatizado italiano Giorgio Bongiovanni. Fue el inspector jefe Santiago
Delgado quien facilitó a Dionisio Ávila y al resto de
autoridades policiales competentes, una grabación magnetofónica
en la que varios menores pertenecientes a la sede -"Arca"
la llaman- de La Coruña, recientemente escindida del grupo matriz
asentado en Italia, alertaban sobre inquietantes extremismos ideológicos
en este grupo. La situación fue tan grave, informó Mayor
Oreja, que sobre ellos recaía la sospecha de posesión
de armas.
Tras las gestiones
judiciales, las investigaciones del fiscal y los testimonios de varios
ex adeptos, el juez autorizó el registro del "Arca",
sita en el monte A Zapateira, en cuyos subterráneos se encontraron
más de 200 litros de agua almacenados para un fin del
mundo que no acaba de llegar...
Mientras muchas
sectas aguardan su particular Armagedón, la lucha de las autoridades
no cesa, aunque a veces son este tipo de grupos quienes -amparándose
en la ley- toman la iniciativa. En el proceso que se sigue en la Audiencia
Nacional contra altos mandos del CESID por escuchas ilegales, una de
las partes acusadoras es la secta Dianética. Todos los secretos
de este poderoso grupo se encuentran en 20 horas de grabación
custodiadas en los archivos de La Casa. Curiosamente el agente del CESID
que llevó a cabo esas escuchas, pieza fundamental en este proceso,
acaba de fallecer en un accidente de coche pocas semanas antes de iniciarse
el juicio. Pero esa es ya otra historia...
Las últimas
sectas investigadas
Sus nombres o implicaciones
en España eran casi desconocidos para el gran público,
pero centraron durante 1998 el interés de las autoridades policiales.
Poco se sabía sobre ellos hasta que el ministro Jaime Mayor Oreja
compareció ante los parlamentarios para informar sobre el asunto
el pasado mes de noviembre. Pese a los pocos datos ofrecidos por el
titular de la cartera de Interior, MÁS ALLÁ ha logrado
averiguar mucho más sobre estos desconocidos y peligrosos grupos:
Reino de la Luz
Resplandeciente
La secta fundada
por René Henry Spatz le había proporcionado 5.000 millones
de pesetas. El autoproclamado Buda poseía lujosas y fastuosas
mansiones por media Europa, siempre preparadas y atendidas para recibirlo
en olor de santidad en cualquier momento. Una de esas mansiones fue
registrada por la Policía Nacional en Sanlúcar de Barrameda
(Cádiz), tras la rogativa internacional cursada en mayo de 1998.
Gracias a los documentos gráficos exclusivos que hemos obtenido,
la fastuosidad de sus dependencias y habitaciones, en especial el dormitorio
de René Henry Spatz, que se observa en la imagen que se encuentra
junto a estas líneas, reflejan la fortuna amasada por este individuo.
Los Elegidos
Intrusismo, coacciones,
estafas, lesiones, agresiones psíquicas y sexuales... Las imputaciones
que recaen sobre Santiago C. A., líder de la secta Los Elegidos,
son infinitas. Durante la operación que acabó con la desarticulación
del grupo, se "ficharon" a 24 adultos y 7 niños. Santiago
se consideraba una divinidad capaz de obrar prodigios y que –como
tantos otros- convenció a sus seguidores de un fin del mundo
al que sólo sobrevivirían 144 elegidos. Para él,
los hombres no eran más que espermatozoos y las mujeres de la
secta instrumentos a las que obligaba a someterse a sus requerimientos,
bien participando de forma directa u observando relaciones lésbicas
entre ellas. En su doctrina se entremezclaban argumentos sociológicos
y religiosos con otros asuntos como la cartomancia y la videncia. Santiago
C. A., que había obtenido cierto prestigio gracias a sus trabajos
históricos en la revista oficial de la Fundación Fernando
el Católico, se encuentra en libertad condicional en espera de
juicio.
Orden del Templo
Solar
Según informaciones
a las que hemos tenido acceso, efectivos del Cuerpo Nacional de Policía,
alertados por la Interpol y la policía francesa de la posibilidad
de una nueva reunión de adeptos de la Orden del Templo Solar,
pusieron en marcha un férreo dispositivo para controla los movimientos
de este grupo –considerado uno de los colectivos sectarios más
peligrosos del mundo- en España. Cada día crece más
la creencia de que tiene importantes ramificaciones en España,
en especial en Torremolinos y Tenerife.
Nonsiamosoli
"Nos decían
que teníamos que estar preparados para el fin del mundo y que
podía ser necesario utilizar armas", aseguró uno
de los menores de edad pertenecientes a Nonsiamosoli en La Coruña.
Su testimonio provocó una investigación detallada del
grupo, procediéndose al registro de su sede en el monte A Zapateira.
Allí, sus líderes construyeron un refugio preparado para
la llegada de un supuesto gran diluvio universal. Según las informaciones
policiales a las que hemos tenido acceso, el grupo liderado por Mercedes
Cortés y el presunto estigmatizado José Rodríguez
captó menores a los que adoctrinaron bajo su filosofía
apocalíptica. Actualmente, el caso está a la espera de
una resolución judicial mientras sus actividades prosiguen. Otro
grupo dependiente de Nonsiamosoli ya fue procesado en Cataluña
tras una intervención de los Mossos d'Esquadra, la policía
autonómica catalana, por no escolarizar a los menores que se
encontraban en el seno de la supuesta secta.
Heide Fittkau
Las investigaciones
sobre el grupo de Heide Fittkau prosiguen, fundamentalmente en la ciudad
alemana de Hamburgo, donde se encuentran la mayoría de sus seguidores
y hasta donde se han desplazado varios funcionarios policiales de la
Brigada Provincial de Tenerife y del grupo antisectas para las investigaciones.
Según informaciones de nuestro colaborador José Gregorio
González, tras el éxito de la comisión rogatoria
de la policía española en Alemania, ha sido posible obtener
declaraciones de inculpación de la mayor parte de los ex adeptos
de Heide Fittkau.
"Los
políticos nos pusieron muchas dificultades"
Entrevista
a Isidoro Sánchez
Discreto, audaz
y poco amigo de los medios de comunicación. Trabajó durante
doce años en la Brigada de Estupefacientes, uno en la Audiencia
Nacional y nueve en la Brigada de Información, los tres últimos
dedicado exclusivamente a las sectas. Fue entonces cuando redactó
su voluminoso informe Las sectas en España. Cree en la actuación
policial contra las sectas, pero considera insuficientes los instrumentos
que la Administración emplea para erradicar el problema.
En la actualidad,
Isidoro Sánchez está dedicado a otros menesteres, pero
a raíz de la comparecencia de Jaime Mayor Oreja en la Comisión
de Interior y Justicia decidimos mantener una nueva conversación
con él:
- Han pasado diez
años de su informe, ¿cómo fue su gestación?
- Trabajábamos
en un grupo que controla el tema de la extrema derecha y las sectas.
Cuando nos enteramos de las gestiones parlamentarias de Pilar Salarrullana
nos reunimos con ella y de ahí surgió la posibilidad de
crear una comisión oficial y el subsiguiente informe.
- ¿Qué
ocurrió con la comisión?
- Unos estaban a
favor y otros en contra. Algunos, incluso de forma grosera, nos llamaron
alarmistas. En mi informe expuse, a este respecto, que también
nos dijeron lo mismo en los años setenta cuando alertamos sobre
el problema de las drogas y ya se ve adónde ha
derivado todo.
- ¿Tendría
que ocurrir una tragedia para que se tratase el tema más en serio?
- Por desgracia,
sí. Nosotros venimos alertando sobre ese peligro desde hace tiempo
y no se toma en consideración.
- ¿Cuántas
sectas investigaron?
- Antes de dejar
el asunto, teníamos 110 debidamente clasificadas, pero resultaba
muy difícil seguirlas. Algunas desaparecía, surgían
otras, cambiaban de nombre, de ubicación...
- Está muy
familiarizado con el mundo de la parapsicología, la videncia,
las sectas, etc. ¿No cree que policías sin formación
podrían correr peligro en este sector?
- Por supuesto.
En la investigación policial hay campos como los homicidios,
el tráfico de arte, delitos bancarios; en definitiva, asuntos
que requieren una especialización y éste es uno de los
que más lo necesitan y no la hay. Cuando estudias en la academia
no te preparan como policía para enfrentarte a las sectas y lo
peor es que no hay modo de hacerlo.
- ¿Cree que
el ciudadano conoce la existencia de la Brigada contra las sectas? Quizá
ni los mismos agentes estén al tanto de su existencia.
- Desde luego. Muchos
agentes no saben qué hacer ni adónde dirigirse cuando
se enfrentan a una denuncia de estas características. No hay
suficiente información sobre este tema.
- ¿Es cierto
que algunos agentes infiltrados en sectas han acabado quitándose
la vida?
- Claro, es una
constante lucha contracorriente. Cuando elaboramos el informe Las sectas
en España tuvimos que soportar que uno de estos grupos nos denunciase.
Era el colmo, primero porque se trataba de una publicación de
régimen interno y confidencial y, por ese motivo, no tenían
por qué haber accedido al escrito. Y segundo, porque aun a sabiendas
de que se trata de un grupo peligrosísimo, puede "campar
a sus anchas" amparándose en el vacío legal existente.
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